En el vertiginoso mundo de los negocios, encontrar momentos de relajación, creatividad y conexión puede ser todo un reto.
Sin embargo, cuando la empresa berlinesa de juegos de software Wooga se puso en contacto con nosotros para solicitarnos un taller de equipo único, vimos la oportunidad de despertar la inspiración y fomentar la unidad del equipo de una forma inesperada.
Hace apenas dos semanas, recibimos un correo electrónico de Wooga en el que nos pedían un evento de creación de equipos de última hora para sus empleados. Con un plazo ajustado y grandes expectativas, aceptamos el reto sin dudarlo.
Al principio, exploramos varias opciones de talleres creativos en Berlín, pero la poca antelación suponía un reto. Sin desanimarme, se me ocurrió una idea: ¿por qué no aprovechar mi propia pasión por el arte y la pintura para crear una experiencia única?
Con una propuesta titulada "Arte emocional y abstracto", imaginé un viaje pictórico inmersivo en el que los participantes pudieran liberarse de los confines de sus pensamientos y abrazar el flujo de la creatividad. La respuesta de Wooga fue entusiasta y los planes se pusieron en marcha.
La preparación era clave. Armado con materiales de pintura y una agenda estructurada, llegué a las vibrantes oficinas de Wooga en el distrito berlinés de Prenzlauer Berg, adornadas con coloridos guiños a su universo de juego. El escenario estaba preparado para un memorable taller de pintura en equipo.
A medida que los participantes iban llegando, comenzamos con un momento de meditación en silencio, que permitió a todos despojarse del estrés del día y sumergirse de lleno en la experiencia creativa. Con ritmos electrónicos relajantes de fondo, el ambiente era relajado, pero con expectación.
El Taller de Pintura se desarrolló en tres fases distintas, cada una de ellas diseñada para desvelar capas de creatividad.
En primer lugar, los participantes se adentraron en la pintura de fondo, utilizando cinta adhesiva para crear espacios en los que su imaginación pudiera volar libremente. Un breve descanso para dejar secar la primera capa de pintura ofreció momentos de reflexión y camaradería antes de pasar a la siguiente fase.
Después vinieron las formas geométricas, en las que las zonas en blanco surgían del lienzo tras retirar la cinta adhesiva de la primera parte.
Estos espacios en blanco esperaban ser transformados en audaces expresiones de individualidad. Con cada trazo, los participantes se sentían libres para experimentar y explorar.
Por último, los efectos especiales añadieron los toques finales, con cepillos de dientes utilizados como herramientas de espontaneidad. El resultado fue asombroso: Un vibrante tapiz de emociones e interpretaciones plasmado en un lienzo.
En un momento culminante de intercambio, los participantes desvelaron sus creaciones y ofrecieron información sobre su trayectoria artística. Desde maravillas abstractas hasta reflexiones conmovedoras, cada obra llevaba la huella del alma de su creador.
Cuando el taller de pintura llegó a su fin, era evidente que había ocurrido algo especial. Más allá de las pinceladas, había una conexión más profunda forjada a través de la experiencia compartida y la expresión creativa.
Al equipo de Wooga, le doy las gracias de todo corazón por confiarnos esta oportunidad de crear magia juntos. Vuestra apertura a la creatividad dice mucho de vuestro compromiso con el fomento de una cultura dinámica en el lugar de trabajo.
Y a todos aquellos que deseen infundir inspiración y unidad a sus equipos, les invito a embarcarse en su propio viaje creativo. Ya sea a través de la pintura, la escultura u otro medio, las posibilidades son infinitas, y estamos aquí para ayudarle a hacer realidad su visión.
Hasta la próxima, que vuestros lienzos se llenen de tonos vibrantes y de imaginación sin límites.
Kat y el equipo subcultours